Artículo: Atreverse a escribir: cómo la poesía me enseñó a arriesgarme

Atreverse a escribir: cómo la poesía me enseñó a arriesgarme
Durante la mayor parte de mi vida fui una poeta secreta. Escribir era mi salvavidas, una forma tranquila e íntima de procesar todo, desde el desamor hasta la esperanza. No era algo que compartiera con los demás, no porque no me gustara, sino porque no creía que fuera “suficientemente bueno”.
Pensé que la poesía era para los grandes: Maya Angelou, Charles Bukowski, los poetas icónicos cuyas obras llenaron antologías e inspiraron a generaciones. ¿Cómo podrían compararse mis versos garabateados? Mantuve mis poemas ocultos, escribiéndolos para mí y para nadie más.
Pero la poesía tiene una forma de susurrar verdades que no se pueden ignorar. Con el tiempo, me di cuenta de que cada poema que escribía era un acto de valentía, una pequeña forma de arriesgarme sin esperar permiso.
Escribiendo en las sombras
Recuerdo la primera vez que mi poesía vio la luz. Mi maestro de secundaria, el señor Sosa, presentó en secreto uno de mis poemas a un concurso estatal. Unos meses después, me entregó un certificado y un cuadernillo con mi poema dentro: había ganado el tercer lugar.
Ese momento debería haber sido un punto de inflexión, pero en lugar de eso, lo dejé de lado. La poesía me parecía demasiado vulnerable, demasiado poco práctica. Me convencí de centrarme en objetivos más “realistas”, como forjar una carrera y ascender por la escalera del éxito.
Así, construí una vida basada en el espíritu emprendedor, canalizando la creatividad hacia salidas prácticas: escribiendo blogs y artículos para publicaciones del sector, hablando en eventos y podcasts, organizando y participando en paneles y resolviendo problemas con enfoques innovadores. Sin embargo, a pesar de cada éxito y desafío, la poesía siguió siendo mi refugio silencioso. Era un recordatorio constante de quién era yo en esencia y en quién tenía el potencial de convertirme, si tan solo me permitía abrazarlo por completo.
Por qué la poesía no requiere permiso
No se necesitan credenciales ni títulos para ser poeta. A la poesía no le importan los títulos ni los reconocimientos, le importa la honestidad. Cada poema es una invitación a conectar con uno mismo, a tomar lo intangible y hacerlo real.
Cuando finalmente decidí compartir mi poesía en PLANT Your Life Planner , no fue porque pensara que fuera perfecta o digna de elogio. Lo hice porque esas palabras crudas y sin editar me habían ayudado a superar algunos de los momentos más difíciles de mi vida. Creo que podrían hacer lo mismo por otra persona.
Publicar mi poesía ha sido aterrador, pero me enseñó una verdad importante: no necesitas permiso para crear o compartir tu voz. Solo necesitas el coraje para comenzar.
Cómo la poesía inspira el crecimiento personal
La poesía no son solo palabras escritas en una página: es una herramienta de transformación. Escribir poesía te permite conectarte con tu yo interior, explorar tus emociones y dar pasos significativos hacia una vida auténtica.
A continuación te mostramos cómo puedes usar la poesía de manera práctica para crecer, reflexionar y tomar riesgos:
1. Autorreflexión a través de la escritura
La poesía es un espejo que refleja tus miedos, tus sueños y tus deseos. Te ayuda a descubrir verdades que de otro modo podrías ignorar.
Pruebe este ejercicio:
Escribe un poema que comience con el verso:
“Si no tuviera miedo, yo…”
No lo pienses demasiado, simplemente deja que tus pensamientos fluyan. Cuando termines, léelo de nuevo y reflexiona sobre lo que tus palabras revelan acerca de lo que te estás conteniendo.
2. Generar confianza a través de pequeños riesgos
Cada poema que escribes es un pequeño acto de valentía. No tiene por qué ser perfecto ni compartirse con nadie: se trata de la valentía de expresarse.
Paso de acción:
Elige algo que hayas dudado en probar: escribir un poema de amor, explorar el verso libre o experimentar con una nueva salida creativa. Date permiso para ser audaz e imperfecto. Para inspirarte, explora esta guía sobre cómo hacer un poema de la Poetry Foundation , que ofrece consejos prácticos para comenzar tu viaje poético.
3. El diario creativo como camino hacia la claridad
La poesía puede ser una forma poderosa de llevar un diario. En lugar de escribir una entrada de diario tradicional, deja que tus pensamientos y sentimientos adquieran forma poética. Esto puede ayudarte a descubrir emociones e ideas más profundas.
Consejo práctico:
Comience con una indicación para llevar un diario como:
“¿Cuál es la verdad que he tenido miedo de decir en voz alta?”
Convierte tu respuesta en un poema. Te sorprenderá lo que salga a la luz. Si eres nuevo en esto de llevar un diario o quieres orientación, consulta este útil artículo sobre Cómo empezar a llevar un diario para mejorar tu salud mental de Psychology Today.
4. Vivir auténticamente a través de tu voz
La poesía te enseña a confiar en tu propia voz. No se trata de rimas ni de estructura, sino de captar tu perspectiva única. Escribir poesía te ayuda a mostrarte como tú mismo, sin pedir disculpas.
Ponte a prueba:
Escribe un poema sobre un momento en el que te hayas sentido más vivo. ¿Qué parte de esa experiencia te habló a ti mismo? Captúrala con tus propias palabras, sin preocuparte por cómo “debería” sonar.
Tu historia importa: da el salto
Si la poesía me ha enseñado algo, es esto: tu historia importa. Tu voz, tus experiencias, tus sueños, merecen ser escuchados.
¿Qué es lo que has estado reprimiendo porque estás esperando permiso? Escríbelo. Luego, tómate cinco minutos para escribir un poema sobre ello. No pienses demasiado, simplemente deja que las palabras fluyan, crudas y sin filtros.
Tus palabras no necesitan ser perfectas. Solo necesitan ser tuyas.
Para arriesgarse no hace falta perfección, hace falta valentía. Imagina lo que podría pasar si te dieras permiso para intentarlo. Escribe el poema, inicia el negocio, da el salto. La única aprobación que necesitas es la tuya.